El vino argentino acompañó la desaceleración inflacionaria y registró un aumento de precios por debajo del IPC. En el último año, el valor de una botella creció un 35,9%, frente al 47,3% que marcó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el mismo período.
El dato se desprende del Índice de Precios del Vino (IPV) de abril, elaborado por el centro Vinodata del IIEP-UBA. El precio promedio ponderado de una botella representativa fue de $6.605, mientras que el precio simple de las etiquetas relevadas alcanzó los $32.733. Por su parte, una botella típica se ubicó en $18.300.
Durante abril, el incremento fue apenas del 1% y, en algunas franjas, casi nulo. Entre los vinos de entre $21.735 y $31.050, la suba promedio fue solo del 0,3%, lo que evidencia una fuerte moderación de los precios en el sector.
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Mendoza lidera ampliamente la oferta de etiquetas, con 4.167 registradas, lo que representa el 75,8% del total nacional. La sigue Salta, muy por detrás, con 308 etiquetas.
El IPV se calcula sobre los precios de lista de los vinos en distintos canales de venta y utiliza ponderadores según gama de precios. Esto permite estimar el valor promedio, típico y representativo del vino que se consume en Argentina.
Fuente: Ámbito.