El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, defendió públicamente la reciente implementación de la Ley Marcial, calificándola como una medida «inevitable» para proteger la «democracia liberal» frente a lo que denominó una «dictadura parlamentaria» por parte de la oposición. Aseguró que “luchará hasta el último minuto” y negó estar «obsesionado» con cumplir su mandato.
En un discurso sorpresivo de 10 minutos, Yoon afirmó que la resolución fue una decisión «constitucional y enormemente calibrada», descartando que se tratara de una declaración de «guerra civil». También negó las acusaciones de insurrección, un delito que podría conllevar cadena perpetua o pena de muerte, señalando que no buscó paralizar la Asamblea Nacional, incluso cuando altos mandos militares revelaron órdenes directas para vaciar el Parlamento.
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El exministro de Defensa Kim Yong-hyun, detenido por su presunta participación en el operativo, intentó suicidarse el martes. Pese a esto, el Legislativo logró revocar el estado de excepción, ya que las órdenes no se ejecutaron completamente.
Yoon enfrenta una moción de destitución con altas posibilidades de prosperar, respaldada incluso por el líder de su propio partido. Durante su discurso, admitió que su gabinete expresó fuertes opiniones en contra de la medida, pero sostuvo que la Ley Marcial era indispensable desde su perspectiva presidencial.
Fuente: DW.
Imagen: South Korean Presidential Office/Yonhap/AFP.