Sin embargo, no fue fácil para la niña del barrio Las 40. “En aquellos tiempos, no había mujeres en el cuartel, y costó mucho convencer a los demás miembros para que me aceptaran y confiaran en mi” sostuvo. Pero ella no se rindió y luchó contra lo que señaló como “machismo” y las trabas que encontró en el camino.
Finalmente, después de mucho esfuerzo y dedicación, logró ingresar a los 18 años convirtiéndose en la primera mujer bombero de Gaiman. Además, ganó la confianza y el respeto de sus compañeros, demostrando su valentía y capacidad para enfrentar cualquier situación de emergencia.
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Aunque hoy no forma parte del cuerpo activo, Laura asegura que sigue siendo algo que lleva en su corazón. “Agradezco a los que confiaron en mi y me permitieron cumplir mi objetivo” resalta.
En este día especial, a 139 años de la fundación del primer cuerpo de bomberos voluntarios en Argentina, también se siente muy orgullosa de su sobrina Antonella Monsalva, quien decidió seguir los mismos pasos que ella y hoy forma parte del cuartel de Puerto Madryn.
Para ella “ser bombero no se hace, bombero se nace “, y por más que los años pasen y hoy por razones personales no integre el cuerpo activo asegura que “el sentimiento muere el día que tu vida acaba..”.