El 2024 fue el segundo año más caluroso desde 1961, pero también se registró la ola polar más larga desde 1992. Cambios en las lluvias y gases contaminantes completan el nuevo informe del Servicio Meteorológico Nacional.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) presentó su informe anual sobre el estado del clima en Argentina, y los resultados exponen un panorama tan complejo como alarmante. El 2024 fue el segundo año más caluroso en el país desde 1961, apenas superado por el récord de 2023. Sin embargo, el calor no fue el único protagonista: se vivió también la ola de frío más extensa en más de 30 años, y las precipitaciones variaron drásticamente según la región.
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El informe, que compara cada año con el promedio de temperaturas entre 1991 y 2020, deja en claro que las anomalías de calor ya son la norma desde 2011. Solo en 2016 hubo un registro de anomalía fría. Las zonas más calurosas del país en 2024 fueron el Oeste, Noroeste, Norte y Noreste argentino.
En contraste, mayo de 2024 fue el más frío desde 1961, con una ola polar de 10 días —la más larga desde 1992—, afectando especialmente a la Patagonia y con Santa Cruz como la provincia más impactada. En junio, más del 60% de esta región estuvo cubierta de nieve.
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Sequía y lluvias extremas En cuanto a las lluvias, 2024 fue más seco que el promedio de los últimos 30 años, aunque menos extremo que los seis años anteriores. Mientras el centro y oeste del país enfrentaban sequías entre enero y septiembre, el noreste, Mesopotamia y parte de la provincia de Buenos Aires sufrieron tormentas intensas, especialmente entre verano y otoño. Octubre fue el mes más lluvioso en 64 años para regiones del Noroeste y Cuyo.
Estas lluvias atípicas se relacionan con fenómenos como El Niño —activo hasta abril— y el Dipolo del Océano Índico, que tuvo una fase positiva en enero. Las temperaturas cálidas en estas corrientes oceánicas habrían influido en el comportamiento de las precipitaciones.
Fuente: Infobae.