Uno de los aspectos más lamentables de la administración de Luque ha sido su falta de previsión y atención a los problemas cruciales de la ciudad.
En lugar de abordar las preocupaciones legítimas de los ciudadanos sobre la falta de infraestructura y servicios básicos, el Intendente se enfocó en su carrera política, que finalmente resultó en una derrota en las elecciones.
Pero lo que siguió después es aún más desalentador: Luque decidió irse de vacaciones a Cuba, aparentemente dando la espalda a las responsabilidades que tenía con sus conciudadanos.
MIRÁ TAMBIÉN | Tolosa Paz habló de habilitar la megaminería para apoyar a Luque y Sastre
Uno de los ejemplos más flagrantes de la falta de enfoque de Luque en los problemas reales de la ciudad es la asignación de miles de millones de pesos para la terminación del Estadio del Centenario, una obra que debería haber sido responsabilidad del Gobierno Nacional.
Mientras se destinaban recursos a este proyecto, los caminos alternativos de ingreso a la ciudad languidecían en condiciones precarias, lo que ahora se ha convertido en una pesadilla para los vecinos después del derrumbe de la Ruta 3.

Si bien es cierto que el derrumbe no podía evitarse, se pudo haber tomado acción para mejorar las vías de acceso y proporcionar rutas alternativas eficientes si la administración hubiera prestado la atención debida.
Hoy en día, los vecinos de Comodoro Rivadavia sufren las consecuencias de esta falta de logística. La conectividad entre los diferentes sectores de la ciudad, que antes dependían de la Ruta 3 a la vera del Chenque, se ha vuelto un problema insuperable.
MIRÁ TAMBIÉN | Se desmoronó una parte de la Ruta 3
Los estudiantes universitarios se ven obligados a tomar clases virtuales, los comercios han sufrido un fuerte impacto y los trabajadores tienen que enfrentar un verdadero calvario para llegar a sus lugares de trabajo.
Esta típica falta de gestión, donde se prioriza el lucimiento personal sobre las necesidades de la comunidad, afecta directamente a los trabajadores, estudiantes y familias en su vida cotidiana. Comodoro Rivadavia merece líderes que se centren en resolver los problemas reales de la ciudad y no en sus aspiraciones políticas personales.
La falta de previsión de Luque ha dejado a los vecinos en una situación precaria, y es hora de que la ciudad exija un liderazgo que ponga sus necesidades en primer lugar.