Con un ingrediente secreto, podés lograr que tu bizcochuelo quede húmedo y tierno sin alterar su sabor. Ideal para la merienda.
Hacer un bizcochuelo casero tiene un encanto especial, pero uno de los mayores temores al prepararlo es que quede seco o apelmazado. Sin embargo, existe un truco sencillo que garantiza una textura esponjosa y húmeda en cada bocado: agregar zucchini rallado a la mezcla.
El zucchini, también conocido como zapallito italiano o calabacín, es una verdura de sabor neutro y alta humedad que funciona como un comodín en la repostería. Rallado y con cáscara, aporta esponjosidad sin modificar el sabor de la receta. Además, ayuda a mantener el bizcochuelo fresco por más tiempo y enriquece su miga con una textura tierna y volumétrica.
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Cómo incorporarlo correctamente
Para aprovechar este truco, es importante elegir zucchinis firmes y de tamaño moderado. No se deben exprimir ni secar después de rallarlos, ya que la humedad natural es clave para el éxito de la receta. Simplemente, añadí la ralladura a la mezcla con movimientos envolventes, cuidando de no perder el aire que ya lograste al batir los huevos y el azúcar.
Beneficios adicionales
Además de evitar que el bizcochuelo quede seco, el zucchini suma nutrientes y puede reemplazar otras alternativas como puré de bananas o manzanas. Esta técnica también es común en recetas de muffins, brownies y magdalenas, gracias a su capacidad de mejorar la textura sin alterar el sabor final.
La próxima vez que prepares un bizcochuelo para la merienda, probá este truco. Te aseguramos que sorprenderá a todos con su suavidad y frescura.
Fuente: C5N.
Foto ilustrativa: Pexels