Los nuevos arribos coincidieron con la cumbre de la Unión Europea (UE) en Granada, donde se abordó la cuestión de la migración, añadida a la agenda tras una nueva oleada de migrantes a la isla italiana de Lampedusa.
Según una portavoz de Salvamento Marítimo, cinco embarcaciones con 526 personas a bordo fueron atendidas en la isla de El Hierro, en el suroeste del archipiélago.
Otras tres llegaron a la isla de Tenerife y otra a Gran Canaria, elevando el balance a 908 personas, entre ellas mujeres y menores, consignó la agencia de noticias AFP.
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Los migrantes fueron atendidos por los servicios de rescate, que enfrenta un importante incremento de las llegadas a este archipiélago desde hace semanas.
El pasado martes, 280 migrantes arribaron a la isla de El Hierro en una embarcación, el mayor número de pasajeros en un solo bote llegados a Canarias.
Así, en una semana, este pequeño territorio de 11.000 habitantes recibió más de 1.200 migrantes.
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Desde hace unos años, la ruta migratoria hacia Canarias está especialmente transitada debido al endurecimiento de los controles en el Mediterráneo.
A las islas Canarias llegaron 14.976 migrantes entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de este año, lo que supone un alza de 19,8% con relación al mismo periodo de 2022, según las últimas cifras del Ministerio español del Interior.
Sin embargo, los naufragios frecuentes provocan centenares de muertos en las aguas marroquíes, españolas o internacionales.
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Es por ello que los embajadores de los países de la UE acordaron el este miércoles avanzar en la discusión sobre la dimensión exterior de la migración que, en principio, aúna un amplio consenso respecto a la necesidad de reforzar el control de las fronteras y favorecer la cooperación con países de origen y tránsito para que corten las salidas irregulares.
Entre los compromisos se encuentran contener la inmigración irregular en las fronteras externas para «frenar todos los barcos implicados en el tráfico de personas».
También creen necesario «actualizar el marco legal», por ejemplo, equiparando los delitos imputables a estas redes, y favorecer programas de apoyo para atajar las causas que subyacen en las migraciones, como mediante la preparación ante desastres climáticos, el desarrollo, la educación o la creación de empleo.
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Asimismo, quieren abrir nuevas «oportunidades de admisión humanitaria y reubicación» a quienes realmente tienen derecho asilo, así como vías «legales» a partir de las cuales estas personas puedan viajar a otros países sin poner en riesgo sus vidas.
