A estos dos sucesos habría que sumarle el que ocurrió alrededor de las 0.30 en una vivienda del barrio Primera Junta, de la calle Puerto Argentino al 1800. Allí, al parecer, en medio de una reunión de algunas personas que se habían juntado a consumir alcohol, hubo una discusión, se generó una pelea y el dueño de casa terminó recibiendo dos balazos.
El hecho es confuso para la policía porque la victima no quiso hacer la denuncia y tampoco que intervinieran. Sí accedió a ser trasladado al hospital. El hombre tiene entre 40 y 45 años, estimaron las autoridades y hace no mucho salió de la cárcel, clarificaron. Hasta las ultimas horas no trascendía información oficial acerca de dónde había sido baleado, aunque fuentes bien informadas contaron que la victima había sido herida en la zona baja del cuerpo y que uno de los tiros que recibió le quedó alojado en la pelvis.
A los minutos de ocurrido este violento episodio, en otro sector de la ciudad atacaron a balazos una casa. El hecho se registró en jurisdicción de la Comisaría Segunda; en un domicilio de la calle Urquiza Norte al 140 al que le habrían disparado desde un vehículo varios tiros, presuntamente con un arma de grueso calibre; se hablaba de una pistola 9 milímetros.
La sucesión de sangrientas balaceras comenzó la tarde del domingo, en las conocidas “Canchas de Marquitos”, un lugar que está ubicado a un costado de la calle Oris de Roa, en los límites con la zona rural cercana a Trelew. Allí, mientras se desarrollaba un partido de futbol, dos personas discutieron, se pelearon y una fue hasta el auto para regresar con “una tumbera”, con la que le efectuó un disparo a la otra y se alejó del lugar.

Así fue como hirieron a Oscar González; un hombre de 43 años al que trasladaron en gravísimo estado al hospital. Sus amigos y los conocidos que presenciaron el momento en el que González cayó al suelo baleado en la zona abdominal, intentaron evitar que el agresor se fuera del lugar, pero éste se subió a su auto y de la desesperación por evitar ser alcanzado por un grupo de varias personas decididas a lincharlo, hizo unos pocos metros y terminó chocando con un vehículo estacionado.

Fue por esa razón que decidió abandonar el coche y continuar huyendo a pie. Como “los justicieros” no lograron alcanzarlo le prendieron fuego el vehículo. Ahora, la policía lo busca para detenerlo mientras la victima –hasta este lunes a la madrugada—luchaba por su vida en el sector de terapia intensiva del hospital local.
Pero las horas de furia y violencia no terminaron con este caso, al anochecer del domingo, después de las 21, a un joven de 23 años intentaron asesinarlo mientras se encontraba dentro de su auto conversando con un amigo, enfrente de un mercado del barrio Abel Amaya, disparándole “9 tiros” con una pistola 9 milímetros.

El agresor llegó en otro vehículo y presuntamente sin bajarse del rodado vació el cargador del arma contra el automóvil de la victima y huyó del lugar. Así fue como Luis Baeza recibió cuatro balazos que lo hirieron en una pierna, un brazo y en la zona abdominal.
El joven llegó al hospital trasladado por el amigo con el que estaba charlando cuando lo atacaron en su propio vehículo y según lo que trascendió de fuentes médicas, su estado también era muy delicado. La policía dice que tiene individualizado al atacante de Baeza y que en cuestión de horas podría lograr su detención.