En un hangar en las afueras de Madrid, trabajadores ensamblan fuselajes que reflejan un cambio profundo: Europa acelera su industria de defensa.
Empresas como Airbus, respaldadas por España, Alemania, Francia y Gran Bretaña, lideran un esfuerzo inédito por consolidar una capacidad militar más autónoma, en un continente históricamente fragmentado en este sector.
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La presión creció luego de las recientes amenazas del expresidente estadounidense Donald Trump, quien cuestionó el compromiso de Washington con sus aliados de la OTAN. Su mensaje fue claro: Europa debe aprender a defenderse sola. Este cambio de postura profundizó la necesidad del continente de incrementar su gasto militar y reducir la dependencia de material extranjero, principalmente estadounidense.
España, que hasta el año pasado fue uno de los países de la OTAN con menor inversión en defensa respecto a su PIB, trabaja para alcanzar el 2% exigido por la alianza. La tendencia es similar en el resto de Europa, donde los gobiernos apuntan a fortalecer su industria y dar prioridad a las compañías locales frente a proveedores externos.
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El resurgimiento de la industria militar europea también se refleja en las bolsas, con fabricantes como BAE Systems, Leonardo, Rheinmetall, Thales y Saab mostrando un alza sostenida. La Unión Europea impulsa políticas para garantizar que la inversión en defensa se quede dentro del continente, reduciendo el flujo de euros hacia empresas norteamericanas.
Si bien alcanzar la autonomía militar plena parece un objetivo a largo plazo, expertos de la industria, como Jean-Brice Dumont de Airbus Defense and Space, insisten en que el proceso debe comenzar ahora. En un escenario de creciente incertidumbre global, Europa sabe que debe abandonar la sombra de Washington para garantizar su propia seguridad.
Fuente: AP.
Foto: Bernat Armangue – AP