En un contexto de renovación de las Fuerzas Armadas, el Gobierno argentino está evaluando la compra de un submarino, una demanda histórica tras la tragedia del ARA San Juan. El Ministerio de Defensa, encabezado por Luis Petri, se encuentra en fase de análisis de ofertas disponibles en el mercado internacional, aunque aún no se tomó una decisión definitiva. El objetivo es que la Armada vuelva a contar con un sumergible operativo para reforzar su capacidad en la región.
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Según fuentes del Ministerio de Defensa, la Armada presentó un informe detallado con dos opciones principales: el submarino Scorpène, fabricado por el astillero francés Naval Group, y el modelo Thyssen 209, desarrollado por el consorcio alemán HDW. El primero ya es utilizado por países latinoamericanos como Brasil y Chile, mientras que el segundo es el submarino no nuclear más vendido en el mundo occidental, adaptado para una variedad de misiones, incluidas operaciones especiales.
El Scorpène ofrece notables prestaciones, entre ellas una velocidad sumergido de 20 nudos, una capacidad para sumergirse hasta 300 metros de profundidad, y una autonomía de hasta 78 días. Además, cuenta con un avanzado sistema de combate con inteligencia artificial, el Subtics, y una operatividad de hasta 240 días al año en el mar. Por su parte, el Thyssen 209 tiene una longitud de 62 metros y puede realizar misiones de control del mar, vigilancia y recopilación de información, siendo un modelo robusto y confiable para las necesidades estratégicas de Argentina.
Pese a la posibilidad de adquirir los materiales para construir el submarino en territorio argentino, varias figuras de las Fuerzas Armadas señalaron que la construcción local es extremadamente compleja. La mayoría de los países opta por comprar submarinos nuevos o con poco uso debido al alto costo y la dificultad técnica de fabricación. Se estima que el precio de un submarino de estas características oscila en torno a los 500 millones de dólares.
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Desde el hundimiento del ARA San Juan en 2017, la Armada no contó con submarinos operativos. El ARA Salta, el único que queda en Argentina, es un navío muy antiguo que solo se utiliza para adiestramiento y prácticas. El refuerzo de la flota submarina es importante para que Argentina recupere su capacidad de operación en las profundidades del mar.
Fuente: Infobae.
Foto: Zona Militar.