Las altas temperaturas aceleran la descomposición de los alimentos. Consejos prácticos para almacenarlos correctamente y evitar intoxicaciones alimentarias.
Con la llegada de los días calurosos, mantener los alimentos frescos y seguros se convierte en una tarea desafiante. El calor favorece la proliferación de microorganismos como bacterias y hongos, que descomponen los alimentos y aumentan el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Para prevenir este deterioro, es fundamental almacenar los productos correctamente y respetar las pautas de seguridad alimentaria.
La descomposición de los alimentos ocurre debido a la acción de microorganismos y reacciones químicas, como la oxidación, que alteran la textura, color y olor de los productos. Durante el calor, los alimentos pueden alcanzar rápidamente la llamada “zona de peligro” (entre 4 °C y 60 °C), favoreciendo el crecimiento bacteriano. Por ello, mantener los alimentos refrigerados por debajo de 4 °C es clave para prolongar su frescura y evitar la contaminación.
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Sin embargo, no todos los alimentos reaccionan de la misma manera. La carne, por ejemplo, puede comenzar a deteriorarse en solo dos horas fuera de la heladera, especialmente cuando la temperatura supera los 30 °C. Los lácteos, como la leche, el yogur y los quesos blandos, son igualmente vulnerables al calor, al igual que las frutas y verduras cortadas o de hojas verdes.
Detectar alimentos en mal estado es crucial para prevenir problemas de salud. Los signos más comunes de descomposición incluyen un olor agrio o rancio, cambios en el color (como manchas oscuras o moho) y alteraciones en la textura, como blandura o viscosidad. Si los alimentos presentan estos síntomas, lo más seguro es desecharlos, ya que algunas bacterias producen toxinas resistentes al calor.
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Consumir alimentos en mal estado puede provocar desde náuseas y diarrea hasta enfermedades graves que requieren hospitalización, especialmente en personas vulnerables. Para evitar estos problemas, existen varios consejos prácticos para mantener los alimentos frescos:
- Almacenaje rápido: Tras comprar alimentos perecederos, guárdalos en la heladera lo antes posible.
No dejar comida cocida a temperatura ambiente: Los alimentos cocidos no deben dejarse fuera por más de dos horas. - Uso de recipientes herméticos: Estos ayudan a prevenir la contaminación cruzada y prolongan la frescura de los alimentos.
- Descongelación adecuada: Realiza este proceso en la heladera o el microondas, nunca a temperatura ambiente, para evitar que los alimentos caigan en la zona de peligro.
Tomando estas precauciones, puedes reducir el riesgo de intoxicaciones alimentarias y garantizar la seguridad de tus alimentos, incluso durante los días más calurosos.
Fuente: La Nación.