El preso político Osgual González falleció en el penal de Tocuyito tras padecer síntomas de hepatitis sin recibir atención adecuada. Su familia denuncia abandono e indiferencia.
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El preso político venezolano Osgual González, de 43 años, murió este lunes en el penal de Tocuyito, en el estado Carabobo, presuntamente a causa de hepatitis. Su fallecimiento se suma a una larga lista de tragedias que reflejan la crítica situación en las cárceles del país, donde la falta de atención médica adecuada y el abandono son constantes.
González, quien llevaba meses padeciendo graves síntomas de salud, como piel amarilla, abdomen inflamado y dolor intenso, nunca recibió el tratamiento necesario. Según denuncias de sus familiares, las autoridades del penal desestimaron su estado, atribuyéndolo erróneamente a un cólico nefrítico, y solo le administraron analgésicos. «Siento algo adentro que me ahoga, como si tuviera los órganos inflamados», confesó días antes de su muerte al medio El Carabobeño.
Pese a los insistentes pedidos de traslado a un hospital, la respuesta fue la indiferencia. Su familia intentó llevar medicamentos y suplicó hablar con el director del penal, pero sus esfuerzos fueron en vano. En la madrugada del lunes, les notificaron el fallecimiento y que su cuerpo sería trasladado fuera de la prisión. Ahora, se encuentran viajando desde Barquisimeto hasta Valencia para retirar los restos en la morgue local.
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El caso de González evidencia el abandono sistemático de los presos en Venezuela, donde las condiciones carcelarias son duramente criticadas por organismos de derechos humanos. La tragedia es aún mayor: el hijo de Osgual González permanece detenido en el mismo penal de Tocuyito. Ambos fueron arrestados en circunstancias que, hasta la fecha, no han sido esclarecidas.
La muerte de González pone en el centro del debate la situación de los presos políticos en Venezuela, quienes enfrentan no solo privación de libertad, sino también negligencia y trato inhumano. Organismos internacionales han llamado repetidamente al gobierno a garantizar los derechos básicos de los reclusos, pero casos como este reflejan que poco ha cambiado en la práctica.
Fuente: Infobae
Foto: Motitoreamos