Francia vuelve a estar en alerta tras el asesinato de una estudiante de secundaria y las heridas sufridas por otros tres compañeros en un ataque con cuchillo perpetrado por un alumno de 15 años.
El hecho ocurrió el jueves y reavivó la preocupación por la creciente violencia escolar. En respuesta, el primer ministro François Bayrou aseguró que se están evaluando diversas medidas, entre ellas la instalación de detectores de metales en las entradas de los colegios.
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La violencia escolar con armas blancas ha ido en aumento en Francia. La ministra de Educación, Elisabeth Borne, informó recientemente que las denuncias por este tipo de hechos subieron un 15 % en un año, mientras que los pedidos de protección funcional para el personal docente crecieron un 60 % en 2023, superando los 4.900 casos.
La propuesta de instalar controles metálicos cuenta con el respaldo de sectores conservadores y de extrema derecha. Figuras como Laurent Wauquiez y el alcalde de Niza, Christian Estrosi, aseguran que es hora de actuar con firmeza, incluso con tecnologías como reconocimiento facial. Sin embargo, esta visión no es compartida por todos.
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Desde el sindicalismo policial y sectores de la izquierda se advierten los límites de esta iniciativa. Linda Kebbab, de la Unité, alertó sobre el riesgo de convertir las escuelas en espacios cerrados y poco funcionales, mientras que la eurodiputada Manon Aubry señaló el alto costo económico y la posible creación de nuevas zonas de riesgo fuera de las instituciones.
El debate sobre cómo frenar la violencia escolar en Francia sigue abierto y polarizado. Mientras se espera un paquete de propuestas concretas, el gobierno francés enfrenta la presión de responder con eficacia sin comprometer la dinámica cotidiana de miles de escuelas y estudiantes en todo el país.
Fuente: RFI.