La investigadora Berenice Trovant, del Instituto de Diversidad y Evolución Austral (IDEAUS) del CENPAT; informó a Radio 3 sobre el hallazgo hecho en el Río Chubut de una especie invasora proveniente de Asia. Se trata de la almeja Corbicula sp., de la cual no había registro de su presencia en zonas tan al sur.
La investigadora la halló a partir de trabajos de campo en 2021, cuando fortuitamente encontró ejemplares de la especie. Los primeros ejemplares los halló en el puente Stephen James (‘de la Montada’) de Trelew, durante tareas de muestreo de cangrejos.
Luego, en enero de 2022, en el puente del Poeta de Rawson, el estudiante Claudio Serrano Cárdenas las encontró también de forma casual.
Trovant explicó que se trata de una especie invasora sumamente “exitosa” para adaptarse a nuevos entornos. “Es una especie invasora a nivel mundial y es nativa en Asia. Fue introducida en general de manera accidental en muchos lugares”, repasó, señalando que ingresó a gran parte de Europa, Norteamérica y Sudamérica.
En el caso de nuestro país, “en 1977 apareció en el Río de la Plata y de ahí se dispersó. Estaba registrada hasta Río Negro”, reveló, reconociendo que “no se creía que iba a llegar tan al sur, por las bajas temperaturas”.
“Las especies invasoras son exitosas y lo que queremos dar a conocer es porque (esta especie) es muy exitosa invadiendo -y- recién la encontramos desde Rawson hasta Trelew-Gaiman”, por lo que el trabajo ahora es de monitoreo y evitar que continúe avanzando río arriba.
Aclaró que el objetivo no es eliminarla ya que “cuando una especie invasora invadió un nuevo ambiente es muy difícil erradicarla, por eso queremos monitorear su dispersión y que no se disperse más arriba por los efectos negativos que tiene”.
Fue así que la profesional detalló que la almeja tiene muchas formas de dispersarse y que un solo ejemplar puede fundar una colonia. Detalló así que puede avanzar río arriba mediante las aves y peces que la consumen, por su traslado en su etapa de larva o bien por la intervención humana, principalmente al utilizarla como carnada.
Es por ello que pidió la colaboración de la comunidad en no utilizarla como carnada y dar aviso al CONICET si se la encuentre aguas arriba de la zona entre Trelew y Gaiman para poder monitorearla.
“Queremos eliminar aunque sea la dispersión de humanos, porque una sola almeja puede fundar una nueva población”, sentenció.
En este contexto, remarcó que tampoco se debe consumirla, “hay sitios donde se consume pero no lo recomendamos porque no hay estudios de bromatología, no es una zona libre de contaminación y no sabemos qué puede tener la almeja. Hasta que no haya estudios, no lo recomendamos”.
Por último, cerró señalando que la especie afecta el entorno y además puede generar complicaciones en grandes cantidades, como dificultades en tomas y bombas de agua, incluso en la generación hidroeléctrica.