El Carnaval es una de las celebraciones más esperadas a nivel mundial. Con desfiles, comparsas, máscaras y música, esta fiesta ha perdurado a lo largo del tiempo, adaptándose a distintas culturas sin perder su esencia de alegría y desenfreno.
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La palabra “Carnaval” proviene del italiano carnevale, derivado de carnelevare, que significa “quitar la carne”, en referencia a la abstinencia de carne antes de la Cuaresma. Sin embargo, sus raíces se remontan a las festividades paganas de la antigua Roma y Grecia, donde se rendía culto a dioses como Baco y Dionisio en eventos llenos de música y danzas. En Egipto, las celebraciones dedicadas a la diosa Isis también incluían procesiones y máscaras, lo que pudo influir en la evolución del Carnaval.
Durante la Edad Media, el Carnaval se consolidó en Europa como un espacio de libertad en el que incluso se permitía la crítica a los gobernantes. Con el tiempo, la festividad se expandió por todo el mundo, adquiriendo características propias en cada país. En Brasil, es sinónimo de samba y desfiles monumentales; en Italia, el Carnaval de Venecia deslumbra con sus elegantes máscaras; mientras que en Cádiz, España, la sátira y el humor son el sello distintivo de la celebración.
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Entre las curiosidades del Carnaval, destaca el Rey Momo de Río de Janeiro, quien simboliza la alegría y da inicio a las festividades al recibir las llaves de la ciudad. En Salvador de Bahía, los tríos eléctricos marcan el ritmo de la fiesta en las calles, mientras que en Niza, Francia, se celebra la Batalla de Flores, una tradición que evoca el esplendor floral de la región.
Más allá de las diferencias culturales, el Carnaval es una expresión de identidad y tradición que, con sus máscaras y colores, sigue conquistando el mundo año tras año.
Fuente: Infobae
Foto: Archivo