Una tarde de tensión se vivió hoy en las inmediaciones de la Casa Rosada, con serios incidentes entre fanáticos y la Policía de la Ciudad. El Gobierno Nacional a exigir al jefe del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que ponga fin al accionar de las fuerzas de seguridad contra los hinchas ávidos por despedir a Diego Maradona.
Luego de dos horas de tensión con el cordón que se formó para cortar el ingreso del público a la fila para llegar hasta la Casa Rosada se produjo una fuerte represión policial contra los fanáticos del ídolo.
La policía volvió a dispersar a la gente con balas de goma y gases lacrimógenos, tanto hacia el sur como hacia el norte y también para el lado del Congreso de la Nación.
Le exigimos a @horaciorlarreta y @diegosantilli que frenen ya esta locura que lleva adelante la Policía de la Ciudad. Este homenaje popular no puede terminar en represión y corridas a quienes vienen a despedir a Maradona.
— Wado de Pedro ?? (@wadodecorrido) November 26, 2020
«Le exigimos a Rodríguez Larreta y Santilli que frenen ya esta locura que lleva adelante la Policía de la Ciudad. Este homenaje popular no puede terminar en represión y corridas a quienes vienen a despedir a Maradona», expresó el ministro del Interior, Eduardo De Pedro, a través de Twitter.
Luego del pedido de la cartera de Interior, los cordones policiales impuestos a la altura de la Nueve de Julio se abrieron al paso del público.
El diputado nacional Leopoldo Moreau, en declaraciones a Télam, responsabilizó al gobierno de la Ciudad por los incidentes.
«Lo vi con mis propios ojos, había un número no tan numeroso de gente y de repente la policía de la Ciudad lanzó un operativo de represión brutal con balas de goma y camiones hidrantes. No había ninguna razón para esto. Fue una provocación del gobierno de (Horacio) Rodríguez Larreta y de (Diego) Santilli. No hubo ningún desorden y de repente se desató una represión brutal», denunció
Según indicó Télam, la familia de Maradona decidió suspender el velatorio cerca de las 15.15, cuando se produjo un desborde de público con el ingreso de cientos de personas a la capilla ardiente que desbordaron al personal de seguridad, lo que hizo temer por los familiares y amigos de Maradona.