La final de fútbol entre Jorge Newbery de Comodoro Rivadavia y Deportivo Rincón de Neuquén se vio marcada por agresiones, conflictos y la suspensión del partido.
En la tarde del 4 de febrero, el partido entre Jorge Newbery y Deportivo Rincón se convirtió en un escenario de caos. La policía activó el dispositivo de seguridad con la llegada demorada de los jugadores visitantes, alegando problemas de transporte.
Dos situaciones críticas surgieron durante el inicio del dispositivo. En el ingreso de los hinchas a la popular, se generaron agresiones a los efectivos policiales, resultando uno de ellos herido. Fuerzas especiales intervinieron para restaurar el orden, pero tres móviles policiales sufrieron daños.
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El segundo episodio ocurrió en el ingreso del club visitante, desencadenando una escaramuza entre la delegación visitante y colaboradores del club local. La policía intervino para garantizar la seguridad. El partido se demoró hasta las 19:30, cuando la delegación visitante finalmente accedió a jugar.
Sin embargo, la situación empeoró tras la suspensión por decisión arbitral. La delegación visitante fue atacada con pedradas al intentar abandonar el estadio, provocando su regreso a los vestuarios. Los árbitros también fueron blanco de ataques.
A las 20:00, los hinchas comenzaron a retirarse, pero un grupo persistió en la platea, arrojando piedras. A las 21:10, la delegación visitante se retiró sin novedades, y a las 23:00 abandonaron la ciudad en avión privado.
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Finalmente, a pesar de la violencia, no registraron atenciones médicas ni denuncias por lesiones o robo de utilería.