Un estudio del INTA confirma que la madera de álamos en los valles irrigados de la Patagonia cumple con los requisitos estructurales para su uso en la construcción.
La madera de álamo cultivada en los valles irrigados del norte de la Patagonia ha sido evaluada por investigadores del INTA y ha demostrado contar con propiedades mecánicas adecuadas para su aplicación en sistemas constructivos. Este hallazgo podría impulsar el desarrollo de la industria maderera regional y promover una alternativa sostenible en el sector de la construcción.
MIRÁ TAMBIÉN | Macri y Bullrich acuerdan el traslado de 400 presos condenados
Históricamente, el álamo se plantó en la región para proteger cultivos frutihortícolas del viento, con un uso primario en la fabricación de bins y pallets. Sin embargo, el estudio del INTA Bariloche y Alto Valle permitió identificar clones que, además de crecer rápidamente, producen madera con las propiedades estructurales necesarias para su uso en edificaciones.
Según los investigadores, la elección del clon adecuado y un manejo forestal eficiente son clave para obtener madera con la resistencia y densidad requeridas por la normativa nacional de construcción en madera (CIRSOC 601). «Hemos identificado materiales genéticos que cumplen con los estándares técnicos para la industria», explicó Alejandro Martínez Meier, del INTA Bariloche.
MIRÁ TAMBIÉN | Incendios intencionales en Villa Traful generan alarma
Este descubrimiento no solo fortalece la producción maderera regional, sino que también abre nuevas oportunidades para la construcción con materiales renovables. «La valorización del álamo como recurso constructivo podría generar nuevos mercados y potenciar la economía regional», destacó Esteban Thomas, investigador del INTA Alto Valle.
Los resultados del estudio refuerzan el potencial del álamo como una alternativa ecológica y eficiente dentro del sector de la construcción, aportando beneficios tanto ambientales como económicos a la región.
Fuente: Argentina.gob.ar.