El presidente de la Sociedad Rural Valle del Chubut, Ricardo Irianni, dijo que la caída internacional del precio de la lana ha impactado negativamente en el escenario económico de los productores de Chubut y consideró que este 2021 será un año con “poca rentabilidad e inversiones» para el sector. Además, planteó que la presencia de los predadores es uno de los principales problemas en los campos ganaderos.
Durante una entrevista con Radio 3, Irianni hizo un balance de la producción lanera en la provincia del Chubut tras la realización de las esquilas en medio de los protocolos establecidos por la pandemia de coronavirus y se refirió a las dificultades y desafíos que enfrenta el sector en el marco de la economía nacional y del precio internacional de la lana.
“Un efecto de la pandemia es que a nivel global la demanda de la lana bajó bastante a mediados del año pasado, aunque a fines del 2020 se recuperó un poco. Los precios que se han obtenido durante la campaña 2020/2021 son sensiblemente inferiores a la campaña anterior, lo cual es un motivo de preocupación tanto para el productor grande como mediano y chico de Chubut”, dijo.
“La mayor preocupación en cuanto a los costos es que más del 90 por ciento de la lana que se produce en la provincia del Chubut se exporta. A nivel nacional, el precio de la lana orientativo está siempre atado al dólar de Banco Nación tipo exportación, que es de menos de 100 pesos, mientras que muchos insumos que son importados vienen con precios del dólar solidario o bolsa, los cuales son más altos. La diferencia entre los dólares de compra y de venta impacta directamente en los gastos que afronta el productor porque le quita rentabilidad”, continuó.
“Tratamos de ser optimistas en el sentido de que la economía mundial pueda acomodarse, ya que por ejemplo China está empezando a comprar de vuelta. Quizá no se vuelva a los valores de lana que se tenían en 2019, pero aunque sea tenemos la expectativa de que empiece a haber demanda. Lo que siempre quiere un productor es poder vender lo que produce, lo cual si se da eso ya es algo importante”, expresó.
“Se tendrían que acomodar las distintas variables económicas para que se pueda trabajar con una certeza a mediano plazo en cuanto a lo que es la economía. Es decir, que haya certidumbre para las inversiones, un hecho que depende de Nación”, añadió.
Zafra lanera
En Chubut, la zafra lanera comenzó a fines de julio del 2020 y se ha extendido hasta los primeros días de enero de este año. Por primera vez, se desarrolló en el marco de un protocolo específico por el coronavirus que, en algunos casos, implicó el cumplimiento de la cuarentena por parte de las empresas de esquila. Durante las tareas en el territorio provincial, se han movilizado 900 personas, de las cuales alrededor de un 25 por ciento llegó de otras provincias, según los datos brindados (en su momento) desde el Gobierno a Radio 3.
En este sentido, Irianni hizo una evaluación tras la zafra lanera en el territorio provincial. “Ha habido una menor cantidad de ovejas esquiladas, en general con menor cantidad de kilos, pero ese escenario va a ser distinto por zonas. El mes que viene vamos a tener un mejor panorama. Al haber menor cantidad de kilos de lana y a menor precio, el impacto es directo en toda la comunidad porque en general el productor lanero es un empresario que hace inversiones en los campos. Este año habrá, en ese sentido, muy poca rentabilidad y, por ende, se va a destinar poco para las inversiones, lo cual en fin es lo que mueve la economía porque se compran, por ejemplo, molinos, se arreglan alambres y las casas; es decir, se trata de dinero por mano de obra que queda en la zona”, adelantó.
Predadores
Durante la entrevista, Irianni comentó que “la mayoría de los productores que se acercan a la Sociedad Rural Valle del Chubut ponen a la presencia de predadores, ya sea del zorro, el gato montés, el puma y el jabalí, como el principal problema en los campos ganaderos”.
En este misma línea, el productor destacó el “trabajo en conjunto que se pueda hacer, contratando personal capacitado para tratar de controlar a los predadores”. “Muy lejos estamos de pensar en exterminar las especies, sólo hablamos de un control: lo que se busca es que los predadores no hagan un daño y que no se tengan que cerrar las tranqueras por no poder recuperar las majadas. Para eso, hay que redoblar los esfuerzos con las distintas técnicas y herramientas disponibles”, concluyó.
