Israel lanzó en la madrugada del viernes un ataque sorpresivo contra Irán, provocando una serie de al menos 20 explosiones en la capital, Teherán, y sus alrededores. La situación elevó al máximo el nivel de tensión entre ambas naciones.
Tras las primeras detonaciones, las autoridades iraníes activaron la defensa aérea y anunciaron el cierre del espacio aéreo como medida preventiva. Las explosiones ocurrieron en zonas clave de la capital, aunque no se reportaron impactos en instalaciones nucleares.
Fuentes internacionales indicaron que los objetivos principales habrían sido sistemas de defensa antiaérea, radares militares y emplazamientos estratégicos, lo que revela un ataque coordinado contra infraestructura militar.
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El gobierno israelí no se pronunció oficialmente tras el bombardeo, aunque previamente había advertido que consideraba atacar objetivos en Irán ante una supuesta amenaza nuclear. Irán, por su parte, advirtió que podría responder de forma “sorprendente”.
La ofensiva se produce en medio de un clima de máxima tensión en Medio Oriente, con Israel bajo estado de emergencia. El ministro de Defensa israelí adelantó que este ataque podría ser un paso previo a una operación militar más amplia.
Fuente: Telesur.