Betiana Moreira, de 39 años y madre de ocho hijos, murió el 10 de agosto tras casi un mes en estado crítico, tras ser apuñalada por su expareja, Roberto Daniel Martiarena, en un violento ataque ocurrido el 11 de julio en el barrio El Gaucho de Mar del Plata. El agresor, que se justificó diciendo que la víctima era “tóxica”, fue detenido poco después de escapar del lugar.
El ataque se desató tras una discusión en la vivienda compartida por Moreira y Martiarena. El hombre, luego de apuñalar a Betiana en repetidas ocasiones, huyó de la escena. La víctima logró salir a la calle para pedir ayuda y fue socorrida por vecinos antes de ser trasladada al Hospital Interzonal de Agudos (HIGA) en estado grave.
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La justificación de Martiarena para su brutal acto fue que su expareja era “tóxica”, una afirmación que ha causado indignación. Mientras Moreira permanecía en coma, con severas heridas en el torso, piernas y espalda, su familia desconocía la magnitud del ataque y las condiciones de su estado. Fue solo después de una llamada policial que se enteraron de la situación y la gravedad de las heridas sufridas por Betiana.
Betiana Moreira, oriunda de Santa Fe, había llegado a Mar del Plata para recibir tratamiento en la ONG Remar, buscando rehabilitación de problemas de adicción. Su familia, que no había estado en contacto constante debido a su tratamiento, se enteró de su situación a través de la policía cuando la mujer ya estaba internada.
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La familia de Moreira, que enfrenta dificultades económicas, fue asistida por la Dirección de Género de Santa Fe y otros servicios para poder estar con ella en Mar del Plata. A pesar de los esfuerzos por parte de sus seres queridos y de las autoridades, Betiana falleció debido a las graves lesiones que sufrió durante el ataque.
María Moreira, hermana de la víctima, expresó el dolor y la frustración de la familia al descubrir que el atacante no solo había asesinado a su hermana, sino que además había intentado justificar su acto con un argumento insultante. La familia busca que Martiarena enfrente una condena adecuada, rechazando intentos de evasión y pidiendo justicia para que el agresor cumpla su pena en una prisión común.
Fuente: TN