Bettina Grossman comparte su pasión por la danza circular, su historia y cómo esta práctica puede transformar la vida de las personas.
En una charla con Radio 3, Bettina Grossman,apasionada practicante de danzas circulares, nos relató su profundo vínculo con esta práctica y cómo ha transformado su vida y la de muchos otros. Grossman inició su viaje en las danzas circulares en los años 90, cuando descubrió la magia de esta forma de expresión en la cordillera de Chubut.
«Lo vi en Trelew y me invitaron a la cordillera, a una chica suiza, ella vino de allá y fue la primera en convocarme a danzar», recordó Grossman. La danza circular, según Bettina, no solo representa la vida, sino que también simboliza la simplicidad y la conexión con los elementos. «Se danza a los cuatro elementos… la danza representaba la vida, simbolizaba la vida», explicó.
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A lo largo de la entrevista, Bettina enfatizó cómo las danzas circulares han sido una forma de meditación y conexión para muchas culturas. «Yo creo que se danza desde las cavernas, alrededor del fuego, y a lo mejor se pedían cosas, se invocaba el agua», comentó. Estas danzas, que pueden parecer sencillas, requieren una profunda concentración y presencia en el momento.
La experiencia de participar en danzas circulares es única y transformadora. «Hay una frase que dice solo el bailarín sabe lo que acontece, es muy difícil pasar en palabras», dijo Bettina, destacando la energía grupal que se genera durante estas sesiones. Las danzas circulares no solo son meditativas, sino que también se intencionan con deseos específicos para la comunidad y el planeta.
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El 7 de julio se celebra el Día de la Danza a nivel mundial, y en muchas provincias argentinas, la práctica de las danzas circulares ha ido en aumento. «En la Patagonia somos muchos los que bailamos… desde Viedma, Esquel, Trevelin, Río Gallegos, Río Grande, Ushuaia y nosotros acá en Trelew», mencionó Grossman.
Bettina también compartió sus experiencias internacionales, habiendo viajado y danzado en lugares como Perú y Bulgaria. «Nos tomaron de la mano y empezaron a bailar con nosotros… fue una emoción, fue hermoso», relató sobre una experiencia en Copacabana. Estos viajes no solo enriquecen la práctica, sino que también fortalecen la conexión entre culturas.
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Grossman invitó a todos a unirse a esta práctica. «No se necesita experiencia previa», aseguró, subrayando que la danza circular es inclusiva y abierta a todos. Los interesados pueden encontrar más información en «Espirales del Sur, Danzas Circulares, Faro Trelew» en redes sociales, donde se publican detalles sobre los encuentros mensuales y otros eventos.