La Prelatura de Esquel y la Diócesis de Comodoro Rivadavia emitió este lunes un duro comunicado en el cual responsabilizó al Gobierno de Chubut y a los gremios docentes de la «tragedia educativa» que atraviesa la provincia.
«Creemos que si en todo el país una de las consecuencias invisibles de la pandemia ha sido el deterioro en la educación de nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, en nuestra provincia del Chubut es una verdadera tragedia. Hace ya cuatro años -o más- que todas esas franjas no tienen un año completo de clases presenciales», advirtieron.
Asimismo, indicaron que en sus espacios de cercanías se han encontrado con «niños en los últimos años del nivel primario que no saben tomar un lápiz. No sólo no comprenden consignas sino que tienen una seria dificultad para leer y escribir; no entienden cómo hacer las operaciones básicas de la matemática«.
«Los docentes saben que estamos ante una generación de semianalfabetos y analfabetos», aseveraron.
«LA REALIDAD ES DURA»
Al respecto, el obispo de la diócesis Comodoro Rivadavia, Joaquín Gimeno Lahoz, en diálogo con Radio 3 sostuvo que «lo que hemos hecho es poner en altavoz lo que la sociedad está viviendo y pensando».
«Todos hemos visto la falta de clases, no solo en la pandemia sino también antes de ella. En 2019 hubo 17 semanas consecutivas sin clases», lamentaron.
«Por ahí decían que es duro el documento, pero lo duro es la realidad», manifestó, al tiempo que indicó que «ante esto, nosotros queremos aportar una reflexión en la cual veamos que todos somos responsables de lo que está pasando. Además, estamos involucrando el futuro de generaciones».
Por otro lado, Lahoz sostuvo que «el Estado tiene la responsabilidad de destinar los fondos (…) a fin de que se vayan dando los salarios que permitan que nuestros docentes vivan un poquito mejor».
«Los gremios -tienen la responsabilidad- de que sea el diálogo y el no cerrar las aulas lo que vaya buscando la solución», recriminó el obispo.
También indicó que «los padres se deberían interesar más por la educación de sus hijos, no puede ser que uno que se conforme cuando dicen que no van a la escuela. De alguna manera hay que decirle al Gobierno que usen los medios para que esto no pase más».
Al referirse a los docentes, consideró que se «prepararon para enseñar» y que con todo esto no pueden ejercer su vocación, lo cual «es horrible».
Tras ser consultado sobre el paro que anunció para este jueves la ATECH, Lahoz remarcó que «en estos años hemos deteriorado mucho los vínculos de la sociedad, porque uno cierra una ruta, una calle o una escuela pero no piensa en todo los demás».
«Cerrar una escuela significa a lo mejor que una mamá no pueda ir a trabajar, ya que debe quedarse a cuidar a sus hijos, y es una persona que necesita trabajar para alimentarse», añadió.
«Con los cortes de ruta pasa exactamente lo mismo. Todo esto tiene que cambiar y eso lo hace la educación. Todos nos perjudicamos cuando se toman medidas así», aseguró el obispo.
«La Iglesia es un lugar de encuentro. Hemos hecho una reflexión en voz alta, y por supuesto que nos involucramos pero nosotros no tenemos la solución», aseveró.
«Hemos visto, al iniciar la actividad pastoral, que se ha incrementado la precariedad de los chicos en el tema de lectura. Esto no sé cómo se va a recuperar», sentenció Lahoz.