A pocos kilómetros del centro de Bariloche, el Valle del Challhuaco ofrece paisajes imponentes, senderos autoguiados y una conexión única con la naturaleza.
A la hora de vacacionar en Bariloche, la mayoría de los turistas se concentran en los sitios más emblemáticos, pero el Valle del Challhuaco, ubicado dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, promete una experiencia diferente. Este bosque de lengas, rodeado de cerros y fauna autóctona, es un destino ideal para explorar durante cualquier época del año.
A tan solo 20 kilómetros del centro cívico de Bariloche, el Valle del Challhuaco se erige como una joya natural accesible, ideal para una excursión de día. El trayecto hasta este paraíso incluye un camino de ripio rodeado de vistas espectaculares que preparan al visitante para lo que vendrá.
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Una vez en el valle, las actividades son diversas. Los senderos autoguiados llevan a lugares como el Mirador del Pedregoso, desde donde se aprecia una vista única del Lago Nahuel Huapi, o la Laguna de Los Patos, hogar de una rica fauna autóctona. Cada estación transforma el paisaje, brindando nuevas experiencias a los visitantes.
El invierno tiñe la Laguna Verde de blanco, mientras que el verano invita a recorrer el valle entre verdes intensos. Los más aventureros pueden desafiar los cerros circundantes, como el Ñirihuau o el Challhuaco, que alcanzan los 2.000 metros de altura.
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Llegar al valle requiere vehículo particular o servicio privado, ya que no hay transporte público hacia la zona. La ruta incluye un desvío desde la circunvalación de Bariloche, seguido por un camino de ripio de 12 kilómetros que asegura la tranquilidad y exclusividad del lugar.
El Valle del Challhuaco no solo ofrece un refugio para los amantes de la naturaleza, sino también una oportunidad para desconectar del ritmo urbano y disfrutar de la magia de la Patagonia.
Fuente: C5N.
Foto: Refugio Neumeyer.