Tras sumar una jornada más a la cumbre de la Unión Europea (UE), los líderes de los países miembro del bloque continuaban hoy negociando a contra reloj para alcanzar a un acuerdo sobre el fondo de recuperación que apoyan Alemania y Francia y reclaman los países más golpeados por la pandemia, España e Italia.
El inicio de la ronda de diálogo de hoy incluso se postergó para que continuaran las negociaciones informales en los pasillos y encuentros bilaterales, en medio de un clima de tensión en el que ya todos reconocen a viva voz las diferencias que existen en la UE para encontrar una salida regional a la crisis económica que provocó la pandemia.
A su llegada a la sede en Bruselas donde se realizan los Consejos Europeos, la canciller de Alemania, Angela Merkel, se mostró confiada de que esta tercera jornada de la cumbre será «la decisiva», aunque reconoció que aún no está claro «si se encontrará una solución».
«Hay mucha buena voluntad, pero también hay muchas posiciones diferentes. Haré lo que me corresponde en esto. Pero también es posible que no haya un resultado hoy», aseguró la líder de la mayor potencia económica del bloque.
Su principal aliado en esta iniciativa, el presidente francés, Emmanuel Macron, también llamó a alcanzar un «compromiso», según la agencia de noticias EFE.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, en tanto, pidió no priorizar solo el consenso y llamó a evitar un acuerdo lavado.
«Desde el principio he dicho que tenemos que hacer compromisos, pero que estos compromisos no pueden ser unos que agüen nuestro nivel de ambición para una sólida respuesta europea a la crisis del coronavirus», consideró, y agregó: «Afrontamos una crisis económica sin precedentes y no podemos permitirnos mostrarnos divididos o débiles».
Una de las voces que más confrontan con las aspiraciones de mayor integración de Alemania y Francia, entre otros países miembro, es la del primer ministro húngaro y referente de la extrema derecha europea, Viktor Orban, acusó abiertamente a su par de Países Bajos de bloquear un acuerdo.
«Si hay un bloqueo, no es por mí», aseguró Orban y agregó: «El holandés es el hombre responsable de todo el lío».
El premier de Países Bajos, Mark Rutte, no ha ocultado su malestar con la idea de crear un masivo de fondo de recuperación regional que no genere condicionalidades fiscales y presupuestarias estrictas para los países miembro beneficiarios.
«Estamos intentando ver todos juntos adónde nos va a llevar esto. ¿Cómo podemos salir de ahí? Es complicado. Nos damos cuenta de que hay problemas importantes en el Sur y queremos ayudarles también, pero queremos que el Sur implemente las reformas necesarias. Como Países Bajos, ya no estamos aislados (en su posición). Eso es buena noticia», aseguró, sin nombrar a los otros gobiernos que comparten su postura.
Estos países -que se autodenominaron frugales- son Austria, Suecia y Dinamarca. La cumbre debía terminar ayer, pero la segunda jornada concluyó sin acuerdo y los jefes de Estado y gobierno decidieron sumar otro día más para terminar de negociar.
Las principales diferencias siguen siendo el volumen del fondo de recuperación y el equilibrio entre subvenciones y préstamos, las condiciones para aprobar las ayudas y los descuentos que reciben algunos países en su aporte al presupuesto comunitario.