El delincuente, que actuó a cara descubierta, se alzó en pocos segundos con un botín consistente en 13.000 pesos que sacó de la caja registradora y 2.000 que le robó a la joven que estaba atendiendo el negocio, a quien encañonó con un arma de grueso calibre para reducirla y amenazó con matarla si no hacía lo que él le ordenaba.
El hecho, según la víctima, duró unos pocos minutos. Ocurrió cuando anochecía en la calle 25 de Mayo al 600, a solo tres calles de la Regional de Policía y en un local comercial en el que ya hubo un asaltado a mano armada pero cuando era atendido por la dueña.
En esa ocasión fue mucho más violento el atraco, que arrojo un dato curioso y a la vez dramático para quien lo padeció, y que es que el ladrón anda actualmente libre y pasa cada tanto por el frente del negocio a la vista de la propietaria, que fue a quien asaltó y que al verlo no sabe si encerrarse o llamar a la policía, según contó una hija, con motivo de este otro robo que sufrieron en el que la víctima fue la empleada.