Agricultores franceses sostienen el corte de ocho autopistas principales de París por segundo día, y amenazan con bloquear también el acceso al mercado más importante de productos frescos, mientras esperan el anuncio de «nuevas medidas», aunque fueron criticados por el presidente francés, Emmanuel Macron.
Macron, de visita en Suecia, consideró que era «fácil echarle la culpa de todo a Europa» y aseguró que sin Política Agrícola Común (PAC) europea muchos de los agricultores franceses no tendrían ingresos, con lo que reiteró su oposición al acuerdo en su forma actual, porque, en su opinión, las reglas de producción agrícolas de estas naciones sudamericanas «no son homogéneas» con las europeas.
El presidente francés, quien tiene previsto reunirse el jueves con la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abogó además por regular mejor las importaciones de pollo y cereales de Ucrania.
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Asimismo, el primer ministro, Gabriel Attal, pronunciaba su declaración de política general, durante la cual se esperan nuevos anuncios para intentar calmar la ira de los campesinos de la tercera potencia agrícola europea y sexta mundial.
Attal anunció, entre otras medidas, que su Gobierno pondría en marcha una serie de iniciativas para «desburocratizar» a Francia.
«Evaluaremos con los franceses, con los profesionales y con los cargos electos las normas que hay que suprimir o simplificar. Estudiaremos los procedimientos que pueden mejorarse», declaró.
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La semana pasada, Attal había prometido suspender el aumento del precio del diésel de uso agrícola, además de reafirmar su oposición a la firma del acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que preocupa a los agricultores franceses por el impacto que podría tener.
«Vamos a ver el discurso (…), pero hay pocas posibilidades de que salga algo», declaró a la agencia AFP Yohan François, del sindicato agrícola FDSEA, expresando su alegría por ver la determinación de los agricultores a resistir a largo plazo.
Las protestas de los agricultores se centran principalmente en bajos salarios, la presión impositiva que provocan en las granjas, las medidas de cuidado ambiental, o la importación de productos, lo que causa un impacto en la industria local.
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Mientras los sindicatos agrícolas negocian regulaciones, salarios e impuestos, el Gobierno francés ha advertido que bloquear el mercado Rungis sería cruzar «líneas rojas».
Rungis, que suministra el 60% de los alimentos frescos de París a unos 12 millones de personas, es el mercado de productos frescos más grande de Europa.
Asimismo, los agricultores dijeron que «irán hasta Bruselas», donde se encuentra la sede central de la Unión Europea (UE), para intentar destrabar el conflicto.
FUENTE: TÉLAM.