La longevidad en el reino animal supera con creces la esperanza de vida humana. Mientras los seres humanos alcanzan un promedio de 80 años, existen especies que desafían el paso del tiempo con mecanismos biológicos sorprendentes.
Uno de los casos más fascinantes es el de la rata topo desnuda, que puede vivir hasta 37 años, una cifra impresionante para un roedor. Su resistencia al cáncer y su capacidad para sobrevivir sin oxígeno la convierten en una especie única en la naturaleza.
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En el mundo de las aves, la cacatúa rosada Cookie llegó a vivir 83 años en cautiverio, estableciendo un récord de longevidad. Por su parte, la francesa Jeanne Calment es el ser humano más longevo registrado, con 122 años y 164 días.
Entre los reptiles, el cocodrilo de agua salada Cassius vivió más de 120 años, mientras que las tortugas gigantes de Seychelles pueden superar los 190 años, con Jonathan como el ejemplar terrestre más longevo conocido.
El erizo de mar rojo, por otro lado, puede alcanzar los 200 años gracias a su metabolismo lento. Estos casos demuestran que la naturaleza alberga seres con una capacidad extraordinaria para desafiar el envejecimiento.
Fuente: DW.