Con sus 29 curvas y paisajes imponentes, «El camino de los Caracoles» ofrece una experiencia única en el cruce fronterizo del Paso Internacional Cristo Redentor.
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En el corazón de los Andes, entre Argentina y Chile, se encuentra uno de los pasos fronterizos más espectaculares y desafiantes del continente: «El camino de los Caracoles». Este tramo sinuoso de 3,8 kilómetros forma parte del Paso Internacional Los Libertadores, también conocido como Paso Cristo Redentor, y es una joya tanto para conductores como para turistas.
Inaugurada en 1980, la ruta conecta la ciudad chilena de Santiago con Mendoza, en Argentina, atravesando majestuosas montañas y paisajes de ensueño. Del lado chileno, las 29 curvas de «Los Caracoles» demandan extrema precaución debido a su pendiente pronunciada y su altitud, que alcanza los 3.175 metros sobre el nivel del mar. Estas características hacen de este tramo una obra de ingeniería única, diseñada para sortear las complicaciones naturales de la cordillera.
Durante el ascenso, las primeras 20 curvas se encuentran a 2.275 metros sobre el nivel del mar, mientras que las últimas alcanzan los 2.800 metros. En invierno, el hielo y la nieve pueden hacer que el trayecto se torne peligroso, obligando a veces al cierre temporal del paso. A pesar de ello, esta ruta es transitada durante todo el año por vehículos comerciales y turistas atraídos por la belleza de su recorrido.
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El Cristo Redentor, ubicado a pocos kilómetros de «Los Caracoles», es un símbolo icónico de paz entre Argentina y Chile. Inaugurada en 1904, esta imponente figura se alza a 3.840 metros sobre el nivel del mar y es una parada obligatoria para quienes atraviesan este paso fronterizo.
Más que un simple cruce internacional, «El camino de los Caracoles» es un destino en sí mismo. Sus curvas, paisajes y la conexión con la historia y la cultura de ambos países hacen de esta ruta una experiencia inolvidable para quienes se aventuran a recorrerla.
Fuente y foto: Noticias Argentinas