Tras nueve meses en la Estación Espacial Internacional, los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams enfrentan síntomas como debilidad ósea, problemas de visión y redistribución de fluidos.
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Luego de una prolongada estancia de nueve meses en la Estación Espacial Internacional (EEI), los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams regresaron sanos y salvos a la Tierra. Sin embargo, su readaptación a la gravedad traerá consigo importantes desafíos físicos y fisiológicos, que pueden persistir durante meses o incluso de por vida.
Uno de los principales cambios que experimentan los astronautas es la reeducación del cerebro para volver a interactuar con objetos en un entorno con gravedad. La astronauta británica Meganne Christian explicó que tuvo que “reentrenar” su cerebro para recordar que los objetos no flotan y deben ser sostenidos al entregarlos. Además, el astronauta Tim Peake relató que la primera semana tras el regreso fue especialmente difícil, debido a la falta de fuerza muscular y el impacto de la gravedad sobre los huesos.
Entre los síntomas más comunes tras una misión prolongada en el espacio se encuentran la atrofia muscular, la pérdida de masa ósea y la redistribución de fluidos corporales, que provoca hinchazón facial y adelgazamiento de las piernas, conocido como “patas de tero”. Según la NASA, un astronauta puede perder hasta 1,5% de su masa ósea en solo un mes, lo que lo vuelve vulnerable a fracturas y podría derivar en osteoporosis prematura.
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Otro problema frecuente es el Síndrome Neuro-Ocular Asociado a los Vuelos Espaciales, causado por la presión de los fluidos sobre los ojos. Este fenómeno aplana el globo ocular y engrosa la retina, provocando problemas de visión temporales o permanentes. A esto se suma la exposición a la radiación espacial, que incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer.
Pese a los efectos negativos del regreso a la Tierra, los astronautas encuentran grandes placeres en su retorno. La primera comida “real” y una ducha con agua corriente son algunos de los momentos más esperados. También disfrutan de la sensación de caminar al aire libre y respirar aire fresco, un lujo ausente en la EEI.
Además de los efectos físicos, muchos astronautas experimentan lo que los expertos llaman el “efecto de visión general”. Contemplar la Tierra desde el espacio provoca una profunda transformación emocional y filosófica, generando una mayor conexión con la humanidad y el planeta.
Fuente: La Nación
Foto: Primicias