Las redadas del ejército israelí en Nablus y los campos de refugiados cercanos han generado temor en la población palestina. La Operación Muro de Hierro ha intensificado los enfrentamientos y desplazamientos forzados.
El martes, vehículos blindados israelíes ingresaron al campamento de Al-Ain, donde más de 80 familias fueron expulsadas de sus hogares. Según medios palestinos, una persona murió en la operación.
Abu Osama, un comerciante local, relató el clima de inseguridad: «Aquí nadie tiene inmunidad. Nos pueden detener o matar en cualquier momento». Su hijo fue asesinado por el ejército israelí hace tres años.
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Hasan, otro residente de Nablus, mostró imágenes de la mezquita de Al-Nasr en llamas tras una incursión militar. «Ellos destruyen, nosotros reparamos», expresó.
Mientras tanto, en Jerusalén, miles de manifestantes protestaron contra el primer ministro Netanyahu, acusándolo de ignorar a los rehenes de Hamás y de prolongar la guerra por intereses políticos.
Fuente: RFI.