En un fenómeno intrigante, los ríos de Alaska exhiben tonalidades anaranjadas y niveles de acidez crecientes, dejando perplejos a los científicos. La oxidación del hierro parece ser la causa, pero el motivo de la expansión del problema aún no está claro.
Una hipótesis sugiere que el aumento de las temperaturas derrite el permafrost, liberando hierro presente en el suelo congelado. Esta teoría se vincula con el rápido calentamiento del Ártico, que afecta significativamente al norte de Alaska.
Otra explicación señala a las bacterias y procesos geoquímicos complejos como responsables de la oxidación de los ríos. El hierro mineral soluble en agua se oxida cuando es transportado por el agua subterránea a una corriente oxigenada, dando lugar al color naranja distintivo.
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Fuente: Diario Hoy