Luego de la derrota de Boca ante River por 2-1 en el Superclásico, Marcos Rojo no se guardó nada y lanzó duras críticas contra el árbitro Nicolás Ramírez.
Según el capitán xeneize, el juez condicionó al equipo al mostrarles tres tarjetas amarillas en apenas 20 minutos de juego, situación que, a su entender, marcó el rumbo del encuentro.
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Rojo también minimizó los méritos del conjunto millonario, asegurando que “fue un partido tranquilo para nosotros” y que los goles de River llegaron a través de un tiro libre y de un error defensivo en segunda línea. El defensor remarcó que en el segundo tiempo Boca tuvo mayor posesión y situaciones claras que pudieron haber cambiado el resultado.
En declaraciones posteriores al encuentro, el ex Selección Argentina sostuvo que el duelo fue parejo, aunque reconoció que a su equipo le costó encontrar fluidez en la mitad de la cancha y en la salida desde el fondo. Sin embargo, se mostró optimista sobre las chances de Boca en lo que queda del torneo.
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Pese al golpe que significó esta nueva caída en un Superclásico, Rojo pidió enfocarse en el objetivo inmediato: ganar el próximo partido y asegurar el primer puesto de la Zona A. Boca, con 32 puntos, lidera el grupo y depende de sí mismo para definir en casa la próxima instancia.
El equipo dirigido por Fernando Gago se enfrentará en la última fecha a Tigre, en un duelo clave para confirmar su liderazgo y dejar atrás la decepción que dejó el Superclásico. La autocrítica y la necesidad de respuestas rápidas marcan el presente de un Boca que busca cerrar el semestre de la mejor manera.