El rechazo del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, al régimen de blanqueo fiscal impulsado por el gobierno nacional ha motivado posturas similares en al menos ocho provincias más. Gobernadores como Jorge Macri (CABA), Sergio Ziliotto (La Pampa), y Gustavo Melella (Tierra del Fuego) también se manifestaron en contra, mientras que otros analizan la situación bajo sus legislaturas.
Kicillof decidió no incluir la adhesión al blanqueo en la ley impositiva enviada a la Legislatura. Según su equipo económico, esta negativa busca asegurar que los impuestos potencialmente evadidos sean fiscalizados por la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA). Calificaron el programa nacional como «una amnistía para evasores».
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Desde la Casa Rosada, las reacciones han sido contundentes. Funcionarios como Javier Lanari, subsecretario de Prensa, acusaron al gobernador de «estafar a quienes ingresaron al blanqueo». Además, el entorno de Javier Milei considera estas decisiones un obstáculo para la efectividad del régimen, que en su primera etapa reportó la regularización de bienes y efectivo por más de 23.000 millones de dólares.
Mientras algunos distritos como Mendoza han adherido al régimen sin impuestos adicionales, otras provincias han establecido tributos específicos, como Santa Fe con una tasa del 2% sobre montos superiores a los 100.000 dólares. En tanto, Neuquén y Salta diseñaron alícuotas progresivas para asegurar ingresos provinciales.
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El rechazo coordinado por varias provincias pone en duda la efectividad de esta herramienta de blanqueo como eje de la política económica del gobierno central. Analistas advierten que la actual estabilidad financiera podría ser transitoria, ya que depende del ingreso de divisas a través de este mecanismo.
Fuente: Ámbito.