Los más cercanos al estrado del Salón de los Constituyentes de 1957 de Casa de Gobierno se vieron sorprendidos por la vestimenta de Carlos Mantegna, sobrio en sus modales y en su apariencia.
Costó en un principio entender que un funcionario de tantos años luciera una remera de un grupo rockero estadounidense, fuera de protocolo. Hasta que alguien tuvo la lucidez y la prudencia de pensar en voz alta: «tal vez tenga que ver con su hijo», esbozó una funcionaria de la Unidad Gobernador.
Y efectivamente tenía razón. Cuando Radio 3 se acercó al flamante diputado y le consultó si la remera tenía que ver con su hijo, contestó embargado: «era de él, siempre está conmigo».
Franco tenía 28 años, se había recibido de escribano cuando en febrero de 2015 fue a veranear a las playas de Montañitas, a unos 180 kilómetros de Guayaquil (Ecuador), junto a su amigo Antonio Calvo, tentados por las gigantescas olas para la práctica de surf.
La bravura del mar se cobró la vida de ambos, y Mantegna y su esposa debieron viajar para recuperar el cuerpo de su hijo y de su amigo, cuando el también ex intendente de Trevelin era el presidente del Instituto de Seguridad Social y Seguros.
«Tenemos todos que estar todos para sacar esto adelante», abogó el experimentado político una vez superada la emoción y al hablar del trabajo futuro en la Cámara de Diputados.