Protestas masivas en Belgrado y otras ciudades desafían el poder de Aleksandar Vucic tras siete meses del colapso que dejó 16 muertos. Estudiantes y ciudadanos exigen elecciones anticipadas y fin a la corrupción.
Este domingo, miles de serbios salieron a las calles en más de 30 ciudades para exigir elecciones parlamentarias anticipadas y justicia por las víctimas del colapso del dosel de una estación en Novi Sad, ocurrido hace exactamente siete meses. El accidente, que dejó 16 muertos, se convirtió en el símbolo de una protesta ciudadana contra la corrupción y el autoritarismo en Serbia.
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En la capital, Belgrado, estudiantes universitarios lideraron la movilización bloqueando durante tres horas dos puentes clave sobre el río Sava. En Novi Sad, los manifestantes realizaron una marcha conmemorativa hasta el lugar del accidente, llevando una corona blanca. El mensaje fue unánime: «¡No habrá más silencio, no habrá más rendición!», proclamaron en un discurso leído simultáneamente en todo el país.
Las manifestaciones se producen en un contexto de creciente malestar social contra el gobierno del presidente Aleksandar Vucic, quien ha sido acusado de gobernar con prácticas autoritarias desde hace más de una década. Si bien inicialmente descartó la posibilidad de adelantar los comicios, Vucic dejó abierta esa puerta el pasado viernes, sin precisar fechas concretas.
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A pesar de las acusaciones de corrupción relacionadas con empresas estatales chinas en proyectos de infraestructura, nadie ha sido condenado por la tragedia de Novi Sad. Esto ha intensificado el escepticismo ciudadano sobre la transparencia de las instituciones. El movimiento estudiantil, que encabeza la protesta, insiste en que el gobierno actual no tiene la legitimidad para garantizar justicia.
Fuente: AP.