Una mujer en Francia enfrenta cargos por la muerte de su hija de 13 años, a quien dejó morir de hambre en 2020. Según la investigación, la madre actuó como venganza hacia su ex pareja. La adolescente pesaba solo 28 kilos al momento de su muerte y sufrió torturas prolongadas.
El caso ocurrió en Montblanc durante el confinamiento por COVID-19, período en el cual la niña dejó de asistir a la escuela y quedó completamente aislada. Testigos aseguran que los maltratos comenzaron seis años antes, pero se intensificaron en los meses previos a su fallecimiento.
La madre, Sandrine Pissarra, de 54 años, justificó la situación alegando que su hija padecía un trastorno alimentario, una versión desmentida por los informes médicos. Los peritos confirmaron que la menor sufría desnutrición extrema, pérdida de dientes y cabello arrancado, además de ser encerrada en un galpón bajo vigilancia constante.
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El informe psiquiátrico determinó que la mujer dirigía su odio hacia el padre de la menor, usando a la niña como medio de venganza. La acusada enfrenta cargos por “actos de tortura” y “barbarie”, con la posibilidad de ser condenada a cadena perpetua.
Jean-Michel Cros, actual pareja de la mujer, también está imputado. Se lo acusa de haber permitido las condiciones que llevaron a la muerte de la menor y podría recibir una pena de hasta 30 años de prisión.
Fuente: TN.