El grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) atacó este jueves el Palacio Presidencial de Jartum, capital de Sudán, utilizando artillería pesada.
El bombardeo, segundo en menos de una semana, se lanzó desde Salha, en el sur de Omdurmán, una zona que aún permanece bajo control rebelde. El impacto también alcanzó la sede del Ministerio de Minerales, generando importantes daños materiales.
MIRÁ TAMBIÉN | Rebeldes del M23 toman Goma con respaldo militar ruandés
Este repunte de violencia ocurre tras la recuperación de Jartum por parte del Ejército sudanés a fines de marzo. Desde entonces, las FAR han redoblado sus ataques contra posiciones estratégicas del Ejército en distintos puntos del país. El sábado anterior, los rebeldes ya habían atacado el cuartel general de las Fuerzas Armadas en la capital.
En el estado de Nilo Blanco, las FAR asaltaron el cuartel general de la 18ª división militar. Además, lanzaron una ofensiva masiva con más de 300 vehículos armados contra la ciudad de Nahud, actual capital administrativa del estado de Kordofán Occidental. Esta región, junto con Darfur, constituye uno de los bastiones más importantes de los paramilitares.
MIRÁ TAMBIÉN | Renuncia clave en Casa Blanca por un chat secreto
Darfur sigue siendo uno de los epicentros de la tragedia. En Al Fasher, último enclave militar controlado por el Ejército en la región, al menos cuatro civiles fallecieron y otros nueve resultaron heridos tras otro ataque de artillería rebelde. La violencia en esa zona ya ha dejado una huella de destrucción y desplazamiento masivo.
Desde el inicio del conflicto, el 15 de abril de 2023, la guerra civil ha dejado decenas de miles de muertos y más de 12,5 millones de desplazados, según datos de Naciones Unidas. El país enfrenta la peor crisis de desplazamiento del mundo y no se vislumbra una solución política inmediata ante la persistente escalada de violencia.
Fuente: DW.
Foto: Uncredited/AP/dpa/picture alliance.