En Mendoza, una práctica tan clandestina como cruel ha puesto en alerta a las autoridades ambientales: se organizan peleas entre pepiteros de collar, una de las especies de aves más traficadas del país.
Estos enfrentamientos se aprovechan de la conducta territorial natural de los machos, lo que los vuelve especialmente vulnerables a este tipo de explotación violenta.
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El pepitero de collar (Saltator aurantiirostris), también conocido como “siete cuchillos” o “pica huesos”, no está en peligro de extinción, pero sí sufre las consecuencias de una caza sistemática y maltrato constante. “La locura humana llega al punto de entrenarlos con espejos para generarles estrés y agresividad permanentes”, denunció Adrián Gorrindo, jefe del Departamento de Fauna Silvestre de Mendoza.
Estos enfrentamientos no solo dejan secuelas físicas —con mutilaciones que muchas veces terminan en la muerte del ave—, sino que generan daños psicológicos severos. El Centro de Rescate YPF de Mendoza, donde son derivados los ejemplares decomisados, enfrenta enormes desafíos para rehabilitarlos, ya que no pueden convivir con otros de su especie tras el estrés al que fueron sometidos.
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Además, los cazadores ilegales utilizan a los propios pepiteros como «llamadores», entrenados para atraer a otros machos con su canto. Así, capturan a nuevos ejemplares mediante tramperos, cuyo uso está prohibido desde hace más de dos décadas en Mendoza. Aun así, estas herramientas son halladas con frecuencia en operativos y posteriormente destruidas en actos públicos para fomentar la concientización.
El tráfico y maltrato de fauna silvestre en Argentina continúa siendo una problemática invisibilizada. Las autoridades piden la colaboración de la sociedad para denunciar estos actos y evitar la compra de aves enjauladas. El bienestar de estas especies depende de un compromiso colectivo para frenar prácticas aberrantes como estas peleas de pepiteros.
Fuente: TN.