En la parte trasera de muchos routers modernos hay un puerto USB que suele pasar desapercibido. Sin embargo, este pequeño conector esconde funciones que pueden optimizar notablemente el uso de la red hogareña. Desde cargar un celular hasta convertir un disco externo en una nube personal, las posibilidades van mucho más allá de la conexión a internet.
Una de las aplicaciones más prácticas es la carga de dispositivos electrónicos como teléfonos, tablets o smartwatches. Aunque no reemplaza a un cargador convencional, puede sacarte de apuros cuando no hay otro puerto disponible. Pero esa es solo la punta del iceberg.
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El verdadero potencial aparece al conectar una impresora o un disco externo al router. En el primer caso, cualquier dispositivo conectado a la red podrá imprimir de forma inalámbrica, sin necesidad de cables. En el segundo, el disco se convierte en un servidor de almacenamiento local: podés guardar fotos, videos o documentos y acceder a ellos desde cualquier dispositivo del hogar como si fuera una nube privada, sin depender de internet.
Para activar esta función, hay que entrar a la configuración del router escribiendo 192.168.1.1 o 192.168.0.1 en un navegador e iniciar sesión con las credenciales del proveedor de internet. Luego, en la sección de configuración avanzada, se habilita el servidor, se crea un usuario y se activa la opción DLNA, que permite compartir archivos multimedia.
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Una vez hecho esto, el disco será visible desde tu celular o computadora como una nueva unidad de almacenamiento. Con apps como Google Files, podés liberar espacio en tu teléfono transfiriendo fotos y videos al disco externo, sin cables ni servicios pagos. Así, el router se transforma en una herramienta más potente de lo que parecía.
Fuente: Infobae.