En un impresionante acto de fe y resistencia, decenas de miles de musulmanes escalaron este jueves el Monte Arafat, uno de los momentos más sagrados del haj, la peregrinación islámica anual.
Bajo un calor implacable y con temperaturas que superaron los 40 grados Celsius, los peregrinos se reunieron para orar en el lugar donde se dice que el profeta Mahoma pronunció su último sermón.
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Desde lo alto de la colina, con los brazos en alto y los corazones entregados, hombres y mujeres pronunciaron oraciones mientras la bruma de grandes ventiladores los ayudaba a soportar el clima extremo. Según la tradición islámica, el Día de Arafat es el más sagrado del calendario musulmán, momento en el que Dios se acerca a los fieles y perdona sus pecados.
Muchos de los asistentes recorrieron largas distancias para llegar. Salem Naji Ahmed, peregrino de Yemen, narró que tardó cuatro días en llegar por tierra debido a los altos costos de los vuelos. “Fue muy agotador, pero vinimos para complacer a Alá”, expresó emocionado. El compromiso y la fe de quienes participan son inquebrantables, incluso frente a la adversidad.
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Pese al agotamiento, la atmósfera espiritual del Monte Arafat se impuso. “Nos sentimos lo mejor en los lugares sagrados con un corazón humilde y fe”, relató Hatem Salem, llegado desde Egipto. Algunos encontraron alivio en pequeños gestos, como un quiosco de helados cercano que ofrecía un descanso momentáneo del calor.
El haj es uno de los Cinco Pilares del Islam y representa una obligación religiosa para todo musulmán con la capacidad física y financiera de llevarla a cabo. Aunque las autoridades saudíes aún no informaron el número total de asistentes este año, se estima que más de 1,5 millones de peregrinos del extranjero ya participan, en lo que representa una de las manifestaciones de fe más grandes del mundo.
Fuente: AP.
Foto:Amr Nabil – AP