Aunque cómodo, dejar el cargador conectado a la red eléctrica puede generar riesgos y aumentar el consumo. Conocé los motivos para evitar esta práctica tan común.
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En muchos hogares, el televisor permanece enchufado día y noche, incluso cuando no se utiliza. Sin embargo, hay otro dispositivo más silencioso que preocupa aún más a los expertos en seguridad eléctrica: el cargador de la notebook. A menudo queda conectado al tomacorriente aunque la computadora no esté en uso, una costumbre aparentemente inofensiva que conlleva varios riesgos invisibles.
Uno de los principales problemas es el llamado consumo fantasma o vampiro: aunque no esté cargando nada, el cargador sigue utilizando electricidad. A nivel individual puede parecer insignificante, pero sumado a otros aparatos conectados permanentemente como routers, parlantes y cargadores de celulares, puede representar hasta un 10% del consumo eléctrico mensual del hogar.
Además, dejar el cargador enchufado sin ventilación adecuada puede provocar sobrecalentamientos. Si está oculto detrás de un mueble, cubierto por ropa o papeles, puede generar desde marcas en los enchufes hasta cortocircuitos o chispazos, en especial si el cargador no es original o no cuenta con certificaciones de seguridad.
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También hay consecuencias en la vida útil del propio cargador: al estar energizado constantemente, sus componentes internos sufren un desgaste mayor, lo que puede llevar a una reducción en su eficiencia o a fallos prematuros. La situación se agrava si se trata de cargadores genéricos, que en muchos casos carecen de protecciones contra sobrecargas o fallos térmicos.
Frente a estos riesgos, la solución es simple: desenchufar el cargador cuando no se está utilizando. Este pequeño hábito no solo disminuye el consumo de energía, sino que también ayuda a prevenir accidentes domésticos y extiende la durabilidad del dispositivo. En un contexto donde el home office y el estudio virtual multiplican el uso de notebooks, es clave no resignar seguridad por comodidad.
Fuente y foto: Noticias Argentinas