Según el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), se prevé que el fenómeno climático de El Niño alcance su plenitud durante el verano de 2024, superando en mayor medida a los vientos polares. Esta situación mejoraría el suministro de humedad en áreas agrícolas, generando un aumento en las lluvias y una moderación en las temperaturas.
Las zonas afectadas por este pronóstico incluyen el centro del noroeste argentino, el sur de Brasil, gran parte de Uruguay y el sur de la Mesopotamia. Estas áreas podrían experimentar lluvias intensas, aumentando el riesgo de desbordes de ríos y arroyos. En cambio, las precipitaciones sobre las altas cuencas del Paraná y el Uruguay se espera que disminuyan, aliviando las crecidas.
Sin embargo, la BCBA advierte que los vientos polares no se retirarán por completo, lo que resultará en extensas áreas con lluvias por debajo de lo normal. Estos focos podrían destacarse en el norte de Paraguay y regiones adyacentes de Brasil, así como en el límite entre Córdoba, La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires.
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Hacia el otoño, se espera que El Niño comience a disiparse, coincidiendo con el regreso de los vientos polares, lo que aumentará las áreas con precipitaciones por debajo de la media en el centro y norte del Paraguay, zonas cercanas al Cerrado de Brasil, el sur de Uruguay y gran parte del centro y sur de la región Pampeana.
La BCBA destaca que esta temporada presentará contrastes regionales significativos, con marcadas anomalías climáticas. Se enfatiza la importancia de la previsión, el cuidado y el uso inteligente de la tecnología para enfrentar los desafíos planteados por estas condiciones, aunque algunas áreas podrían no experimentar una recuperación completa.
Fuente: Télam