En los últimos años, los agonistas del receptor GLP-1, como Ozempic y Wegovy, han ganado popularidad por su capacidad para promover la pérdida de peso significativa. Sin embargo, un sorprendente efecto secundario está captando la atención de científicos y usuarios: la disminución de los antojos de alcohol, nicotina y otras sustancias adictivas.
Un estudio publicado en Nature Communications en mayo de 2024 mostró que las personas que tomaban semaglutida tenían un 50 % menos de riesgo de desarrollar trastornos por consumo de alcohol. Otros estudios encontraron efectos similares sobre el consumo de nicotina y drogas recreativas, abriendo la posibilidad de que estos medicamentos puedan tratar diversas adicciones.
Los expertos creen que estos medicamentos actúan sobre las vías de dopamina en el cerebro, modulando el sistema de recompensa. Esto reduce los antojos y hace que sustancias como el alcohol resulten menos placenteras, según Fares Qeadan, profesor de bioestadística de la Universidad Loyola de Chicago.
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Aunque los resultados iniciales son alentadores, los científicos advierten que aún es pronto para utilizar estos medicamentos de forma generalizada en el tratamiento de adicciones. Actualmente, están aprobados únicamente para el manejo de la diabetes tipo 2 y la obesidad, explica Patricia Grigson, neurocientífica de Penn State.
Casos como el de Shannon Hinderberger, quien dejó de desear el alcohol tras perder 30 kilos con semaglutida, ilustran este potencial. Sin embargo, se necesitan ensayos clínicos rigurosos para confirmar su eficacia y seguridad en el tratamiento de adicciones, asegura Kyle Simmons, profesor de la Universidad Estatal de Oklahoma.
El impacto de estos medicamentos podría ser comparable al «momento Prozac» de los antidepresivos en los años 90. Si se confirman sus beneficios, los agonistas GLP-1 podrían cambiar radicalmente el enfoque hacia las adicciones, brindando nuevas esperanzas a quienes buscan liberarse de ellas.
Fuente: National Geographic.
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