La empresa pesquera FyR SA de Rawson anunció este martes el cese en sus actividades y anunció que inició el correspondiente proceso de desvinculación, ante «las constantes presiones del sindicato».
«Hemos llegado a una situación límite en que nos es imposible continuar con la empresa en funcionamiento. -Ante ello- resolvimos cerrar la planta y así lo comunicamos a la Secretaría de Trabajo, a la Secretaría de Pesca, al Sindicato y al intendente», expresó la apoderada de la pesquera, Tamara Heintz, mediante un comunicado.
En el escrito indicó además que «la empresa puede funcionar con 35 empleados, pero por presiones del sindicato actualmente cuenta con 300 empleados fijos con contrato por tiempo indeterminado, con una antigüedad que va de 1 a 12 años».
A esta situación se le suma que no tiene garantizada la provisión de materia prima de manera regular para su un único cliente, sumado a diversas presiones del gremio del Sindicato de Trabajadores la Industria de la Alimentación (STIA) y otros gremios, quienes en las últimas horas además bloquearon la planta impidiendo ingreso de materias primas.
Ante tal panorama complejo, la empresa informó que dejó de ser sustentable económicamente desde hace un tiempo.
«No hemos podido tener continuidad en el abastecimiento. Es imposible sostener la planta sin materia prima garantizada. Ha sido un año complicado para todos, pero las empresas grandes tienen materia prima en forma constante, mientras que las pesqueras chicas en ese esquema de reproceso y con los costos de producción elevados y la caída del precio de los productos, sumado a su falta de permisos de pesca, hace que la empresa no sea económicamente sustentable», explicó la apoderada.
«Buscamos alternativas de hacer otros productos, intentamos ir a la merluza, incluyendo trayéndola de Santa Cruz, con los costos que eso implica. Pero sin mercadería garantizada para procesar, a las plantas chicas nos es inviable. Sumado a los constantes bloqueos de la planta, incluido el último que hizo que se echara a perder toda la mercadería, se fueron acumulando deudas y llegamos a esta instancia de tener que decidir cerrar», lamentó.
Reconoció además que «hoy tenemos una demora en el pago de la última quincena intentando por todos los medios abonarla, enviaremos los telegramas de despido, y tal vez debamos vender algunos activos para hacer frente a las indemnizaciones de los trabajadores».
Sobre el final, la apodera de la pesquera destacó que la planta de procesamiento cuenta con las habilitaciones y certificados de Senasa, por lo que volverá a ser ofrecida en alquiler «a empresarios que tengan barcos con permisos que les puede interesar, porque la ecuación es diferentes cuando tenes materia prima propia asegurada para trabajar».
«Lamentablemente no somos los únicos en esta situación, hay otras plantas chicas que también están al límite de la subsistencia. En nuestro caso hemos decidido llegar hasta acá«, sentenció Heintz.