Con goles de Mbappé y Vinicius, el Real Madrid se llevó tres puntos en un partido marcado por la falta de juego fluido, mientras el Celta mostró una fuerte resistencia.
El Real Madrid se impuso al Celta de Vigo por 2-1 en Balaídos, en un encuentro donde la victoria se vio empañada por una actuación colectiva gris. A pesar de los tres puntos conseguidos, el equipo dirigido por Carlo Ancelotti dejó una sensación de falta de ideas y juego fluido en el césped, siguiendo el ritmo del Barcelona en la cima de la tabla.
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El primer gol del partido llegó en el minuto 20, tras un error en la salida de balón del Celta que permitió a Kylian Mbappé aprovechar la oportunidad y marcar con un disparo preciso a la escuadra. Este tanto tranquilizó al Madrid, aunque no logró darle mayor solidez al equipo, que tuvo que lidiar con un Celta que mostró su capacidad ofensiva, especialmente tras la ausencia del sancionado Iago Aspas.
El Celta no se dio por vencido y logró igualar el marcador en el minuto 51. Una jugada por la banda derecha culminó con un centro de Mingueza que fue bien rematado por Swedberg, poniendo en aprietos a un Madrid que parecía haber perdido su rumbo. El empate llevó a los visitantes a un estado de nerviosismo, que se tradujo en una falta de claridad en el juego.
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Sin embargo, el orgullo madridista emergió, y tras algunos cambios estratégicos de Ancelotti, el croata Luka Modric asistió a Vinicius, quien no desaprovechó la oportunidad y anotó el 2-1 en el minuto 69. A pesar de recuperar la ventaja, el Real Madrid no logró imponer su juego y tuvo que recurrir nuevamente a su arquero, Thibaut Courtois, quien se convirtió en la figura del partido al desbaratar los intentos del Celta de igualar nuevamente.
Fuente: Mundo Deportivo
Foto: La Razón