Foto: Artem Priakhin/ZUMAPRESS/picture alliance (www.dw.com).
Las dietas, ya sean por restricción calórica o ayuno intermitente, impactan de forma positiva en la longevidad, pero un nuevo estudio realizado en ratones señala que la genética es aún más importante.
Un nuevo estudio publicado en la revista Nature sugiere que, aunque las dietas de restricción calórica y el ayuno intermitente pueden prolongar la vida, la genética tiene un impacto aún mayor en la longevidad. Investigadores del Jackson Laboratory de Estados Unidos analizaron a casi 1.000 ratones genéticamente diversos y encontraron que la restricción calórica aumentó la esperanza de vida en todos los grupos de roedores.
Los 960 ratones hembra del estudio fueron sometidos a diversas intervenciones dietéticas, incluyendo una dieta normal, una reducción del 20% y del 40% en la ingesta calórica, así como ayuno intermitente. Aunque aquellos con restricción calórica mostraron un aumento en su esperanza de vida, la respuesta varió según la genética de cada ratón.
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Aquellos que lograron mantener altos niveles de grasa corporal y glucosa vivieron más, mientras que los que perdieron más peso presentaron problemas de energía y un sistema inmunitario comprometido.
Este hallazgo resalta la importancia de la genética en la respuesta a las dietas restrictivas. Gary Churchill, uno de los autores del estudio, enfatizó que «las dietas no solo impactan la longevidad, sino que también revelan la naturaleza de cada individuo». Así, aunque se puede controlar la dieta, la genética sigue siendo un factor determinante en la longevidad.