La edición 49 de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires vive días de altibajos: aunque el fin de semana largo trajo más público, las ventas siguen siendo discretas. El feriado del 1° de mayo marcó un punto de inflexión con un 32% más de visitantes que el año pasado, según datos de la Fundación El Libro.
Algunas editoriales reportaron mejoras en comparación con 2024: Penguin Random House vendió un 20% más, Planeta un 15% y el sello unaLuna un 25%. Sin embargo, las ventas a librerías en las Jornadas Profesionales bajaron un 10%, según Hernán López Winne, editor de Godot.
Desde la Cámara Argentina del Libro, su presidente Juan Manuel Pampín destacó que “la Feria va retomando el curso”, aunque advirtió que el contexto económico sigue condicionando el consumo. “Mucha gente pasea, pero no siempre compra”, señaló.
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Julieta Botto, de Cielo de Pecas, percibió menor concurrencia respecto de otras ediciones, mientras que Enzo Maqueira remarcó una creciente participación en charlas y actividades: “Se nota una avidez por el conocimiento y el debate”.
Para editoriales como Ediciones Diotima e IPS, la Feria sigue siendo una vidriera importante, pese a la baja en ventas. Nicolás Bendersky destacó el esfuerzo por mantener precios accesibles en un mercado golpeado.
Autores como Diego Cano cuestionaron la concentración de espacios en grandes editoriales, en detrimento de la diversidad independiente. No obstante, el público sigue respondiendo y el clima en el predio mejora día a día.
Fuente: Infobae.