Con el aval de Vladímir Putin y la Duma, el Kremlin impulsa una aplicación estatal de mensajería que integrará trámites oficiales, firma electrónica y comunicación directa con el gobierno. Buscan reducir la dependencia tecnológica del extranjero.
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En un nuevo paso hacia su estrategia de “soberanía digital”, Rusia anunció el desarrollo de una aplicación estatal de mensajería destinada a competir con plataformas internacionales como WhatsApp y Telegram. La iniciativa, que ya cuenta con la aprobación del presidente Vladímir Putin, fue validada por la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, a comienzos de junio.
La nueva herramienta no será simplemente una app de mensajería. Tendrá múltiples funciones: desde llamadas de voz y video hasta firma electrónica, manejo de documentos, y acceso directo a trámites del Estado. La idea del Kremlin es que se convierta en el canal oficial de contacto entre ciudadanos y organismos públicos, facilitando gestiones impositivas, consultas y notificaciones administrativas.
Aunque todavía no se dio a conocer el nombre de la app ni su arquitectura tecnológica, se especula que podría basarse en TamTam, una plataforma de mensajería desarrollada por Mail.ru, o en tecnologías del ecosistema de VK, la red social más importante de Rusia.
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Se estima que el servicio estará disponible entre finales de 2025 y principios de 2026, aunque el gobierno no confirmó un calendario definitivo.
La creación de esta aplicación se enmarca en la estrategia del Kremlin de avanzar hacia una mayor independencia tecnológica, tras el aislamiento internacional profundizado por la invasión a Ucrania en 2022. Desde entonces, Rusia ha limitado o bloqueado servicios como Facebook, Instagram y X, y exige que las tecnológicas extranjeras instalen servidores en su territorio para controlar los datos locales.
Sin embargo, organizaciones de derechos digitales y analistas advierten que este proyecto podría convertirse en una herramienta de vigilancia. “Blindar las comunicaciones estatales” también podría implicar un mayor control sobre la privacidad de los ciudadanos y posibles restricciones a plataformas extranjeras.
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Por ahora, ni WhatsApp ni Telegram enfrentan bloqueos formales, pero el nuevo desarrollo podría derivar en regulaciones técnicas que dificulten su funcionamiento o reduzcan su accesibilidad.
Mientras que WhatsApp —propiedad de Meta— carece de vínculos con el ecosistema ruso, Telegram, aunque creada por el ruso Pavel Durov, ha mantenido una relación tensa con el gobierno. En el pasado, el Kremlin intentó prohibir su uso por la negativa de la empresa a compartir datos de usuarios. Sin embargo, sigue siendo muy popular incluso entre funcionarios.
La futura app estatal busca consolidarse como el canal oficial de comunicación digital en Rusia. Su integración con servicios públicos, su funcionalidad multitarea y su posible obligatoriedad para ciertos trámites sugieren un intento de concentrar la interacción digital ciudadana bajo control estatal.
A medida que avanza este proyecto, el mundo observa con atención si se trata de una política de independencia tecnológica legítima o si es el preludio de una mayor restricción a la libertad digital en el país euroasiático.
Fuente y foto: TN