Por primera vez en tres años, Rusia y Ucrania mantendrán contactos directos en Estambul este viernes. La reunión fue confirmada tras la decisión del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de enviar una delegación pese a sus críticas hacia su par ruso, Vladímir Putin, quien declinó participar personalmente en el encuentro.
Zelenski justificó su decisión en una conferencia de prensa conjunta con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en Ankara. “Queremos intentar dar al menos un primer paso hacia la desescalada”, declaró, y agregó que lo hace por respeto a Erdogan, a la delegación anfitriona y al expresidente estadounidense Donald Trump, involucrado en la mediación.
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Erdogan, en tanto, celebró el gesto como una “oportunidad histórica” para acercar posiciones entre los países en conflicto, y reiteró su voluntad de ser anfitrión de un futuro encuentro directo entre los presidentes de ambas naciones. El mandatario turco intenta posicionarse como facilitador clave en el conflicto.
Desde Moscú, la respuesta no fue diplomática. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, desestimó los pedidos de Zelenski para encontrarse con Putin y lo calificó de “patético”. Además, acusó a líderes británicos de manipular al mandatario ucraniano. En la misma línea, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, lanzó duras descalificaciones personales.
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El tono confrontativo desde el Kremlin pone en duda el alcance de las negociaciones, pero el encuentro representa una instancia significativa. Pese a los insultos cruzados y la tensión, Estambul vuelve a posicionarse como puente de diálogo entre dos naciones enfrentadas desde la invasión rusa a Ucrania en 2022.
Fuente: EFE.
Foto: FE/EPA/TURKISH PRESIDENTIAL PRESS OFFICE